

Foto: Abdolkhalegh Taheri
Nacido en 1929 en la ciudad suroccidental de Abadan, Najaf Daryabandari llegó a ser uno de los traductores iraníes con la carrera más dilatada tanto en tiempo como en obras realizadas.
Aprendió el inglés siendo muy joven y de forma autodidacta, principalmente a través del cine británico, lo que también le abrió el mundo de la literatura en lengua inglesa. A los dieciocho años se inició con tres obras de William Faulkner, dejándose seducir por primera vez, por el poder y el encanto de la palabra en la obra traducida.
No muchos años después leyó la obra “A Farewell to Arms” del reconocido escritor estadounidense Ernest Hemingway y con ella se lanzó de lleno en el mundo de la traducción.
El joven empleado de la Compañía de Petróleos Anglo-Iraní, se adentró en la aventura del activismo estudiantil, en medio del renovado ambiente político de Abadan, ocupada por las fuerzas británicas tras la invasión anglosoviética de septiembre de 1941. Años más tarde, el golpe de Estado de 1953 dio un gran vuelco a su vida, catapultándole desde el sur hasta la capital, Teherán, para no volver en muchos años a su ciudad natal. La agridulce experiencia del activismo político, le granjeó la oportunidad de encauzar aún más su carrera profesional hacia la traducción.
El longevo Daryabandari, convertido en todo un referente de la traducción, trabajó sin cansancio hasta pocos años antes de su muerte. Cuando se despedía de este mundo en mayo de 2020, dejaba tras sí una vasta colección de traducciones de grandes obras de la literatura universal, escritos, ensayos y críticas literarias y no literarias. Entre sus obras de traducción más destacadas se encuentran: A Farewell to Arms (Ernest Hemingway), A History of Western Philosophy (Bertrand Russel), The Old Man and the Sea (Ernest Hemingway), The Prophet y The Madman (Gibran Khalil Gibran) y The Remains of the Day (Kazuo Ishiguro).